Lo que no podemos discutir es que se trate de un
conocimiento reciente, como ha sido atribuido a la
época medieval, toda sabiduría mística-universal se
pierde en el tiempo, como arquetipos poderosos de
conocimiento que son asimilados por cada cultura e
interpretados por ésta a través de analogías con su
propio entorno. Su origen egipcio tal vez sea el que
toma más fuerza, pues el gran conocimiento de este
pueblo, su visión universal de la creación y su
conexión con la divinidad, son indudablemente
argumentos de gran peso, no pensemos como creadores,
pues el Tarot no es una creación humana, sino como
herederos, preservadores e impulsores de éste. No
olvidemos que Moisés se formó en Egipto y es
considerado el receptor y precursor de la Cábala,
sabiduría inseparable del Tarot. Apartándonos un
poco de su historia entremos concretamente en su
análisis, como todos sabemos el Tarot está
estructurado en 78 figuras o cartas, las cuales se
dividen en 22 Arcanos Mayores y 56 menores, es
importante definir el término Arcano, pues éste
significa “misterio a develar” y esto se refiere al
poder arquetípico de cada figura o sea a la poderosa
información que posee en su contenido profundo que
se activa a través del subconsciente.
A modo de ejemplo simple y mundano si tomamos la
bandera de un país, como símbolo arquetípico, en él
estarían encerradas todas las experiencias de este
país así como de sus integrantes, y si viviéramos en
un país extranjero, el hecho de observar esa bandera
luego de un largo período de ausencia, nos
conectaría indudablemente con toda la información
arquetípica que ella despierta de nuestro pasado,
removiendo nuestro subconsciente. De manera
analógica podemos llevar este ejemplo al Tarot, como
representación arquetípica de la evolución de la
humanidad. Para conectarnos profundamente a esta
sabiduría, es indispensable, poseer un conocimiento
al menos general de Cábala, la cual nos devela el
camino de la creación y el retorno a la fuente
primordial, pues el Tarot se identifica con los
llamados senderos o caminos que debemos transitar
para alcanzar el anhelado cielo de Dios. Pues sí,
cada uno de los 22 Arcanos Mayores del Tarot es una
representación arquetípica de los pasos a seguir,
los obstáculos a superar, las tentaciones a dominar,
las virtudes a desarrollar, etc., que la condición
humana necesita transitar para alcanzar su
realización. Afortunadamente, en la alborada de una
nueva consciencia para el hombre, poco a poco se van
desintegrando los velos que impiden ver la realidad
de los mundos suprafísicos. Lamentablemente la mala
utilización de los conceptos y la superficialidad
aplicada al Tarot, le han creado una imagen
desprestigiada, vinculándolo a la superchería y
habladuría, limitándolo solo a la adivinación de los
aspectos vanos de la vida. Si bien éste puede
transformarse en una herramienta importante de guía
a través de la consulta en el camino evolutivo de
cada ser, debe realizarse bajo la premisa de lo
sagrado, con la debida preparación y conocimiento
necesario y bajo una profunda mística de servicio.
En las siguientes ediciones de la revista ROSA-CRUZ
analizaremos cada uno de los Arcanos Mayores para
contribuir en el desarrollo de este conocimiento tan
provechoso para el crecimiento tanto individual como
colectivo de la humanidad. |
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