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La Voz del Maestro
Dr. Krumm Heller (M.Huiracocha). Tomado de su
revista ROSA-CRUZ
Año V Nro. 7 del 27 de Octubre de 1931 Berlin Heiligensee
CIENCIA ROSA CRUZ
Me decía un hombre de ciencia, hablando de Ciencia
Rosa Cruz, que estaba muy bien todo cuanto nosotros
exponíamos, pero que aún le faltaba la aplicación
práctica… Repetía así mismo, que la Humanidad de hoy
había adelantado considerable-mente adquiriendo la
técnica un grado de progreso tal que era imposible
seguir su marcha. Por esta razón no concebía, que
ahora nos viniéramos nosotros con ideas filosóficas
que acariciaron los Sacerdotes de Egipto y los
científicos de la edad media cuando esto suponía un
evidente retroceso… Aun decía más. La Humanidad ya
no es tan necia y hemos conquistado con el
transcurso de los tiempos una buena intelec-tualidad…
Preguntamos nosotros. ¿Será cierto esto? Pongamos
frente a un estante de Libros a dos hombres. El uno,
lee los diferentes títulos y se queda impasible
porque todos los conoce, los ha leído todos y no le
es preciso tomar ninguno. Este el hombre inútil en
la vida. El segundo, no conoce ninguno de estos
Libros, pero acepta uno de ellos y con los conoci-mientos
que encierra, llega a formar una fortuna, enseña a
otros al mismo tiempo cuanto ha leído y asimilado. |
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Cuál es el más inteligente? Para nosotros el último.
No sabe tanto como el primero, paro cuanto aprendió
lo tiene bien sabido y ha lograd aplicarlo
prácticamente. Igual es en la ciencia. Es verdad que
sabemos mucho, pero solo superficialmente tanto de
las cosas antiguas y modernas, pero nos falta saber
lo esencial, lo espiritual de las cosas. Cuál es el
objeto de nuestro deseo de saber y de todos nuestros
humanos afanes? Conquistar la felicidad?. Si cuantos
inventos se han hecho y cuantas máquinas se han
construido han obtenido una suma mayor de felicidad
para nosotros, entonces todo ello ha sido bueno,
práctico y en verdad ha sido intelectual, porque la
inteligencia ha de tener una utilidad práctica y ha
de ir siempre unida a la bondad. Últimamente un
Químico Alemán, ha inventado una cerilla, un fósforo
(como decimos en algunas partes de América),
mediante el cual, se puede encender fuego centenares
de veces sin que se gaste y haya que sustituirlo por
otro. Ya, por consecuencia, no es preciso cargar
constantemente con la caja de cerillas que hay que
renovar o con los encendedores de bencina que es
forzoso cargar con frecuencia. Acto seguido, el
propietario de la fábrica de cerillas de Suecia, le
ha comprado el invento con el sólo propósito de
guardarlo… Ello suponía la ruina de sus fábricas y
no podía ser. De este modo seguimos con las cerillas
antiguas sin que nos sirva de nada el invento en
cuestión. Así sucede con muchos de estos
descubrimientos desgraciadamente… |
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Quién de los dos ha sedo más inteligente? Ninguno de
los dos, ni el inventor, ni el industrial com-prador
son decentes. En ambos hubo una ambición desmedida y
nos supieron calcular y sentir que abrían dado con
ello un punto más de comodidad o de felicidad a los
humanos, que les hubiera servido de un gran
provecho. El inventor hoy rico y el fabricante rico
de siempre, no podrán hacer egoístamente otra cosa
que vestir y comer como el último de sus empleados.
Es verdad que tenemos máquinas con propulsores de
cohetes, pero la inteligencia que se requirió para
hacer una canoa de tabas después de haberlas
extraído del árbol, es aún mayor, que la del
Ingeniero que pasa sencillamente desde la turbina de
vapor al motor de cohete.
Un nuño tiene que hacer mucho más esfuerzo de
inteligencia para aprender las primeras letras que
un mayor para aprender un arte. Hoy tenemos
enciclopedias donde se encuentra todo el saber y
basta su lectura para aprender cuanto nos sea
preciso. Pero los Antiguos, no. Para ellos estaba
todo por hacer y por esta razón no fueron tan
superficiales como os modernos. Nosotros vamos a
buscar las cosas en sentido horizontal, a ras de la
superficie, en cambio ellos, estudiaron
verticalmente y por eso encontraron hacia arriba el
mundo espiritual y hacia abajo, profundizando, el
principio de las cosas. Así conocieron el misterio
de la muerte… En un punto, somos todos iguales.
Precisamente en el morir. Ahora que el que sabe más
hoy acerca del problema de la muerte, es el más
inteligente, no el que no sabe nada y por
consecuencia tiene más pavor, aunque los disimule…
Los Rosa Cruz, destruimos lo pavoroso de la muerte,
la experimentamos, la estudiamos y conocemos y esa
es nuestra mayor ventaja, nuestra razón de ser más
inteligentes. Los problemas políticos y sociales que
hoy más nos quitan e sueño, ya preocupa-ron a Platón
y a la Revolución Francesa era un síntoma de más
adelanto en ideas que las de la Rusia Soviética,
pero esas ideas no tuvieron consistencia y la
Francia actual se ha tornado imperialista, son más
estultos que antes los franceses y esclavizan a los
ciudadanos… El Cristianismo no resolvió los
problemas que heredaron de Gracia y Egipto. Hubo
torcerlos y así inventó el miedo y la muerte para
explotarlo después. Foeíd y Spengles, dos hombres de
ciencia modernos, no hacen más que aconsejar
resignación ante el mal. Nosotros, en cambio, vamos
a la resolución de los problemas religiosos,
sociales y económicos, dando métodos para hacer
Superhombres y conquistadores de felicidad.
De aquí que, al decir de Steiner, el Rosacrucismo se
impone. Porque tiene una evidente aplicación
práctica. |
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