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El Misterio del Bafómetro
  
Escrito por:
María Cristina Locatelli
y  Carmen Bermúdez.
 


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El Misterio de Bafómetro
   Escrito por: María Cristina Locatelli y Carmen Bermúdez

La figura del diablo tarótico es el resultado final de una serie de tradiciones y mitos que se inician en el misticismos mitraico de los antiguos persas con Zervan Akarana el Dios despótico del tiempo, de cuerpo alado y cabeza de león o humana, en este último caso su cabeza aparecía coronada con una aureola solar de la que sobresalían dos cuernos curvados y desde su pecho nos contemplaba un rostro de león, pues en los cultos solares, el león es un emblema del tiempo por representar destructividad y devoración, así como la serpiente enroscada en su cuerpo representa el curso del Sol en la órbita celeste, otra acepción de la dualidad y eternidad del tiempo. En la mitología griega aparece otro personaje. Pan Dios, de los cultos pastorales, mitad hombre y mitad macho cabrío, barbudo, cornudo, velludo, vivo, ágil y astuto, cuyos cuernos expresan la fuerza instintiva de la naturaleza y sus patas velludas la vitalidad de lo inferior de la tierra, las plantas y los instintos animales. Al igual que Zervan Akarana, es un aspecto de Saturno, en este caso de Saturno instructor del culto de la tierra. El nombre Pan deriva de la palabra pánico, por el terror que su presencia producía entre todos los demás seres, turbando los sentidos y ofuscando el espíritu. También es curioso comprobar la verdad de aquel axioma que afirma que a menudo los dioses de una religión vencida se convierten en los demonios de la que le sucede, pues es así que de Zerván y de Pan pasamos al diablo medieval, cambiando las alas de Zervan (que eran de aves, espíritus benignos) en las alas de murciélago, de espíritu maligno. En el Tarot de Visconti-Sforza, el diablo es claramente un Pan hermafrodita con alas de murciélago acompañado de dos sátiros, lo que nos afirma lo dicho. En el Tarot de Marsella se viste su parte inferior y se adorna su cabeza con un yelmo. Luego Eliphas Lévi le añadirá toda una serie de símbolos mágicos y ocultos, convirtiéndolo en la imagen más popular de la iconografía satánica.

 

EVOLUCIÓN: A lo largo de la historia esta carta ha cambiado mucho, tanto gráficamente como en sus significados. Se tiene evidencia de que los primeros cristianos adoraban a un Dios con cabeza de asno, que igual que el macho cabrío, representaba el aspecto instintivo del ser humano. En el Tarot de Marsella vemos un animal extraño, antinatural, grotesco y asustador, con cuernos de venado, alas de murciélago y pechos de mujer, tal como el cristianismo medieval representó la idea del demonio, inspirándose en el Dios Celta Cernunnos, en Pan y en el Mendes egipcio, mezcla de fauno y de sátiro que representaría la antítesis de la Divinidad (Dios de la vegetación). Algunas barajas contemporáneas como la de Waite y la de la Golden Dawn, continúan mostrando demonios feos, antinaturales y amenazantes, que esclavizan a los seres humanos y parecen sumos sacerdotes de algún tipo de terrible magia negra. Este apego a elementos folclóricos del cristianismo y a ideas ultrapasadas es extremadamente anacrónico, especialmente desde que Eliphas Lévi en el siglo XIX reformó esta carta, eliminando elementos grotescos, antinaturales y malignos, colocándole alas de ángel, el caduceo en la barriga y el pentagrama evolutivo en su frente. Finalmente Aleister Crowley dio otro paso adelante colocando un ser de la naturaleza: El Markhor (cabra falconeris) la mayor cabra salvaje conocida.

El Bafómetro: (El Mago Negro-Hermanos de la Luz).
Este arcano está figurado por Tifón (Dios de la mitología egipcia con características duales, benévolo y malévolo), genio del mal que se yergue triunfante sobre las ruinas del templo. Símbolo de concupiscencia con cabeza de cocodrilo, símbolo de crueldad, pies de cabra, signo de Capricornio, casa de Saturno o Satán, signo que corresponde principalmente a las ambiciones materiales, tiene características de hombre y mujer. Es por consiguiente hermafrodita, emblema de la concentración de uno mismo y de la carencia de amor. Una culebra sale de su cuerpo, de su abdomen y no de su frente, para indicar al uso de la energía creadora, no para iluminar, sino para la gratificación física; sus alas como las de un murciélago lo muestran como un espíritu de las tinieblas. Se ve alzándose sobre las ruinas. En la mano derecha tiene un cetro que lleva un círculo sobre dos barras divergentes. Estas barras significan las fuerzas inversas que obstaculizan la influencia del espíritu representado por el círculo. Se presume que es el símbolo del odio y de la división. En la mano izquierda tiene un hacha flameante símbolo de la destrucción aplicada a las ruinas. El cuerno en su nariz indica rebelión del espíritu divino. Está coronado por una llama para indicar que no es de este mundo. En las ruinas del templo y al pie de este amo del caos, hay un anillo del cual dos cadenas llegan a los cuellos de dos figuras que tienen cabeza de cabras, indicando así que su inteligencia se ha puesto en uso exclusivamente para fomentar ambiciones materiales y egoístas. El signo de hechice-ría que hace con sus manos señala que viven siendo presa de su ignorancia y credulidad de los demás. Son malhechores de este plano físico y astral.
 

 


 




 

 

La Pasión: (Egipcio).
Las aguas de la vida son la representación de Geburath (la Ley). En medio Tiphon Bafómetro aparece sosteniendo en su brazo izquierdo el bastón de mando y en su mano derecha una serpiente que sube. Su mano derecha es masculina y su izquierda femenina sus senos indican que es andrógino. Con el mandil se cubre la sabiduría y del mismo mandil resulta la cola. La cara es deforme debido a los errores o pecados. El Bafómetro se ha representado como el latón que actualmente la humanidad ha ennegrecido debido a la degeneración. Debemos blanquear al latón, al diablo, quien es el entrenador psicológico, guardián de las puertas del santuario para que única-mente entren los elegidos, quienes han podido superar todas las pruebas impuestas por el diablo.


El Diablo: (Eliphas Levi).
El macho cabrío representa el fuego, es el propio templo, el símbolo de la generación. Lleva sobre su frente el signo del pentagrama, con la punta hacia arriba; lo que basta para considerarla como símbolo de la Luz, hace con ambas manos la seña del ocultismo y muestra en alto la luna blanca de Chesed y debajo la luna negra de Geburah. Este signo expresa el perfecto acuerdo de la misericordia con la justicia. Uno de sus brazos es femenino y el otro es masculino, como el andrógino de Kunrath atributos que hemos debido reunir. La antorcha de la inteligencia que resplandece entre sus cuernos, es la luz mágica del equilibrio universal; es la figura del alma elevada por encima de la materia. La repugnante cabeza animal manifiesta el horror del pecado, cuyo agente material, único responsable, es el que debe llevar por siempre la pena, por-que el alma es impasible en su naturaleza y no llega a sufrir más que cuando se materializa. El caduceo en vez de órgano generador representa la nada eterna; el vientre cubierto de escamas, es el agua, el círculo que está encima es la atmósfera; las plumas que vienen de segunda son el emblema de lo volátil, luego la humanidad está representada por los dos senos y brazos andróginos de esa esfinge de las ciencias ocultas. “Caduceo”: Centro de Mercurio. Vara entrelazada con dos serpientes que en la parte superior tiene dos pequeñas alas o un yelmo alado. Es el emblema del sendero de iniciación, la vara del caduceo corresponde a la columna vertebral y sus serpientes aluden al ascenso de la Kundalini (energía latente) que se concentra en el centro o chacra Muladhara en la base de la espina dorsal. Emblema del equilibrio moral y buena conducta: el bastón expresa el poder de la serpiente, la sabiduría; las alas, la diligencia y el yelmo los pensamientos elevados. Su signo del pentagrama prohíbe tomarlo por una de las fabulosas figuras de Satán.

 


El Demonio (Aleister Crowley).
Está representado por un ser de la naturaleza: El Markhor (cabra falcomeris) la mayor cabra salvaje conocida que aparecía por partida doble detrás del Emperador. Con sus dulces uvas en la cabeza nos recuerda a Pan, Pangenetor, capaz de gratificarse con todas las manifestaciones de la existencia. Sus cuernos tienen forma helicoidal, simbolizando la fuerza de generación. Zoroastro define a Dios como aquel que tiene forma de espiral. Hoy la ciencia comprueba que el universo tiene dicha forma y el ADN que trasmite el código genético en los procesos de generación tiene una estructura helicoidal. Los cuernos del carnero son solares y representan potencia viril. Detrás del Markhor vemos una representación clara del Árbol de la Vida, del cual (tronco pene) surge el marrón oscuro de la tierra Malkuth, asciende, volviéndose dorado y luminoso penetra en el anillo (vagina) de Nuit-Binah, Saturno. Las raíces del Árbol son dos testículos transparentes para poder ver las figuras que representan la vida en sus diferentes estados de evolución. Las de la izquierda son femeninas mientras que las de la derecha son masculinas, siendo una de ellas semicaprina. En cada testículo se está dando la mitosis, o proceso de división celular, con los dos nuevos núcleos y los cromosomas emparejados en el centro. Frente al macho cabrío tenemos el báculo del adepto jefe, con forma de caduceo. Las serpientes aquí no están cruzadas y miran en direcciones opuestas. Así como el tronco del árbol atraviesa los cielos, el báculo desciende hasta el centro de la tierra. Al fondo de la carta se encuentran formas deliciosamente tenues, complejas y fantásticas de la locura, de la divina locura de la primavera ya prevista en la locura meditabunda del invierno. Estas formas tienen semejanza con los llamados canales de Marte, el planeta que gobierna el instinto.

 






 

 


   




 


Conclusión:
El demonio mas difícil de vencer es la lujuria o pasión sexual, que es representada por el Arcano 15. Esta pasión se fundamenta en el Modus Operandi del Fuego Luciférico. Existen dos grandes fuegos: 1) El Fuego Sagrado del Kundalini que asciende por la espina dorsal y el Kundartiguador que baja y se precipita a los infiernos. El Kundalini es la serpiente de bronce que sanaba a los israelitas, que levantó Moisés en la vara. El Kundartiguador es la serpiente tentadora del Edén, que desciende a los infiernos del hombre. El Arcano 15 significa el trabajo con el demonio por medio del Phalo (Osiris) y el Útero (Isis) de los cuales se ha apoderado Satán o Seth. El Phalo de los Dioses es de Oro puro. Es necesario erradicar todo aquello que tenga sabor a pasión animal. Hay que robarle el fuego al diablo, al macho cabrio, mediante la transmutación de los metales viles en oro para convertirnos en dioses, es el misterio de la alquimia. Cada defecto hay que cambiarlo, matarlo y nace así una virtud, he aquí el motivo de la frase “Solvet et coagula”. Los dioses surgen del abismo y se pierden en el absoluto. El Misterio del Bafómetro es la alquimia sexual, a base de comprensión y transmutación de la Energía Creadora. En el sexo está la liberación por la sublimación o la esclavitud del hombre por la pasión. El arcano 15 aparece después del Arcano 13 que es la muerte del yo, del Ego de uno mismo, aparece también después del 14, la temperancia o templanza, la pureza que resulta después de la muerte del Ego, el arcano 15 es pues el andrógino divino que vuelve a resplandecer. En un sentido global, el demonio representa la energía creadora en un aspecto más material. A nivel humano representa los instintos que son básicamente tres: 1 - El instinto sexual de pro-creación por medio del cual la vida busca y encuentra continuidad. 2 - El instinto de preservación de la vida. 3 - El instinto Gregario. El instinto sexual nos lleva al deseo impostergable de unirnos íntimamente. En el instinto de conservación de la vida están incluidos no solo los medios que nos llevan a evitar el peligro, sino también la alimentación, la higiene corporal, etc. El instinto Gregario nos lleva a agruparnos, a buscar y a enfrentar juntos los desafíos de la sobrevivencia. Cuando los instintos son reprimidos, podemos llegar a estados alienados. Ese instinto reprimido se va volviendo el asiento del odio, del pavor de la sexualidad vendida y de la venganza, imprimiendo de tal manera una huella en el comportamiento que creamos un ser psíquico. El diablo, es el Miedo a nuestros propios impulsos naturales y el sentimiento de culpabilidad ante lo que consideramos vergonzoso o inmoral porque así se nos ha inculcado. Si embargo la energía gastada inútilmente en luchar contra dichos impulsos pueden ser extremadamente útil si nos atrevemos a mirar a Pan cara a cara, si logramos enfrentar a los aspectos inferiores de nuestra personalidad sin falsos pudores ni vergüenzas, llegamos a comprender la enorme concentración de fuerza que existe en la sexualidad. Si empleamos esta energía o fuerza en el propio autodominio, nos abrirá el camino del conocimiento intimo del Yo y con él a una mayor evolución y realización espiritual; pero si lo empleamos en el dominio de los demás o en la posesión de lo externo, quizás consigamos el poder y la riqueza temporal, pero irá acompañada de una avidez imposible de colmar y el extravío de la propia realidad y destino. El diablo representa una gran fuerza natural, terrestre, instintiva, que puede ser tanto constructora como destructora, son los miedos, la inseguridad y la angustia, el que nos impide ser felices, porque no nos deja expresarnos plenamente. Aquel que por razones absurdas nos hace balar como cordero y nos obliga a arrodillarnos para alimentarnos de hierbas y migajas. El Bafómetro es la antítesis del cordero de Dios, el hombre sometido al instinto y la degradación. El polo opuesto de lo que pide el cordero de Dios, del hombre inspirado por la divina inteligencia en vías de obtener la liberación. El demonio del Tarot de Crowley está sonriendo, él sabe que en sus manos está nuestra energía vital. Si lo reconocemos y aceptamos como parte entrañada de nosotros mismos, lo sublimamos y lo transmutamos, él nos retroalimentará y tendremos un excedente de energía para impulsar nuestra realización integral. En cambio, si lo negamos y lo reprimimos se volverá un monstruo que nos conducirá a la enfermedad, la depresión y la locura. Invoquemos entonces nuestra Voluntad Divina para alcanzar la realización.

 

 

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